jueves, 24 de septiembre de 2015

ACEPTACION, PERMITIR


Podemos aceptarnos a nosotros mismos como gente que tiene necesidad, la necesidad de consuelo, de amor, de comprensión, de amistad, de un sano contacto.
Necesitamos refuerzo positivo, alguien que nos escuche, alguien que nos dé. No somos débiles por necesitar estas cosas. Estas necesidades nos hacen humanos y sanos. Satisfacer nuestras necesidades–creer que merecemos satisfacerlas- nos hace felices.
Hay épocas, también, en que además de nuestras necesidades normales, estamos particularmente necesitados. En esas épocas, necesitamos más de lo que podemos dar. Eso también está bien.
Podemos aceptar e incorporar nuestras necesidades y nuestra parte necesitada, a todo nuestro ser. Podemos asumir la responsabilidad por nuestras necesidades. Eso no nos hace débiles o deficientes. Eso no significa que no nos estemos recuperando adecuadamente, ni tampoco significa que seamos dependientes de una manera enfermiza. Hace gobernables nuestras necesidades y a nuestra parte necesitada. Nuestras necesidades dejan de controlarnos, y recuperamos el control.
¡Entonces, nuestras necesidades empiezan a ser satisfechas!
“Hoy aceptaré mis necesidades y mi parte necesitada. Creo que merezco satisfacer mis necesidades, y permitiré que eso suceda”.


(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

COMO LIBERARSE DE LAS ADICCIONES


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Los orientales hablan de lo inútil de crear oleaje cuando no sopla el viento;como cuando comemos desenfrenadamente o buscamos sexo para llenar con comida o con sexo un“vacío interior”. Pero como la comida y el sexo no están para eso, se produce creciente insatisfacción y una triste obsesión.
A la persona desbocada, obsesionada por un placer, por ejemplo, en realidad no es el placer lo que lo motiva, sino la curiosidad de lo que no ha experimentado. La expectativa de lograr algo que todavía no ha probado. Olvida que el ser humano “no puede tenerlo todo”. Lo único infinito es su deseo, porque fue creado para el Infinito divino. Las cosas, los cuerpos, los proyectos, no tienen esa dimensión infinita, y por eso nunca son suficientes.
Solo la curiosidad sostiene las obsesiones, porque en el fondo la curiosidad es preguntarse: “¿ Y si eso que yo no tengo pudiera darme la paz y la plenitud que no consigo”? . Entonces luchara hasta que consiga saberlo. Y volverá a defraudarse. Es necesario convencerse de ese engaño, verlo con claridad, reconocerlo de frente y tomar la decisión de liberarse de esa mentira.
Cada vez que en nuestro interior se hace presente una sensación de insatisfacción o de tristeza, tendremos que preguntarnos cual es la obsesión interior – inventada por nosotros mismos – que esta causando esta insatisfacción y nos esta engañando.
El primer remedio a las insatisfacciones es “tomar consciencia clara” de lo que estoy sintiendo. Por ejemplo: vanidad porque me rechazaron, tristeza por lo que quiero gozar y no puedo, rencor porque me han despreciado, humillación porque perdí un afecto que me negaron, frustración porque no logre lo que tanto deseaba. Entonces me pregunto: ¿ Vale la pena este sentimiento ?¿ Es valioso y saludable que yo lo alimente?¿ No sera mejor para mi fomentar otro sentimiento que me brinde paz, alegría y libertad?. De esta manera uno suelta la obsesión por su imagen,se libera de su orgullo lastimado, suelta su vanidad tonta e inútil, o su afecto insatisfecho y se entrega con creatividad y entusiasmo a mejorar el mundo para los demás.

En realidad esta toma de consciencia es el ejercicio mas importante para aprender a soltar y liberarse de los apegos y las obsesiones por poseer y dominar. Se trata de detenerse a contemplar estos procesos mentales de los apegos, y de los sufrimientos que proceden de esos apegos. No para lamentarse, para juzgarse o despreciarse a si mismo, solo para descubrir que hay en nuestro interior y quitarle fuerzas. 
“Si las sensaciones son contempladas como burbujas que se inflan y se desinflan, su conexión con la avidez o la aversión, sera mas y mas debilitada, hasta que finalmente se quiebre esa atadura. Mediante esta practica el apego a gustos y disgustos sera reducida y, mediante esta practica, un espacio interior sera conquistado para conseguir el crecimiento de virtudes y emociones mas refinadas para: el amor benevolente y la compasión, para el contento, la paciencia y la resistencia”.

(Víctor Manuel Fernandez de su Libro Para Liberarte de los Apegos y Obsesiones).

Reflexión : El control es una ilusión


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No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.
A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. ¡NO IMPORTA!¡NO IMPORTA!¡NO IMPORTA! ¡NO IMPORTA!
No podemos cambiar a las personas. Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser,
Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.
Y esa es la verdad. Es una desgracia. A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

(Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente).