El kefir y sus propiedades curativas
El Kéfir es una estructura polisacárida donde conviven en simbiosis diversos microorganismos. Aunque se ha comparado con el yogurt, la microflora del Kéfir es mucho más compleja.
Las bebidas que se obtienen tienen propiedades curativas.
Las bebidas que se obtienen tienen propiedades curativas.
Muchos científicos
han investigado este fermento maravilloso.
En Japón, el profesor Nokimowa
dedicó toda su vida a estudiar el valor del kéfir, que curaba las enfermedades
del sistema respiratorio, los desarreglos del estómago, las infecciones
intestinales crónicas, las enfermedades del hígado, la vesícula biliar y los
riñones, así como otros padecimientos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, el
Dr. Drasek comprobó en Alemania estos resultados, difundiéndolo luego el Dr.
Brunwic entre los médicos naturistas centro-europeos. También el Prof. Menkiw
fue un gran investigador de los beneficios de este cultivo en la longeva
población caucásica.
Propiedades nutritivas del kéfir
El kéfir contiene más de 40 tipos de microorganismos y
también vitaminas K, B12, B1, biotina (vitamina que ayuda en la asimilación de
las demás del complejo B), fósforo, calcio y magnesio.
Hay tres tipos de
Kéfir, el de leche, el de agua y el de té.
Del primero, el Kéfir de leche, se obtiene una especie de yogurt, del segundo, una bebida parecida a una limonada con gas, y del tercero, una bebida de hierbas.
La mayoría de gente conoce más el Kéfir de leche. En realidad, los tres tipos son el mismo Kéfir, con la misma microflora, pero adaptados a medios distintos.
Aplicaciones:
Enfermedades de tipo nervioso, úlceras internas, catarros bronquiales, esclerosis, infarto cardíaco, problemas de vesícula, de hígado, riñones, ictericia, enfermedades del estómago e intestinos, diarreas, estreñimiento, intestino perezoso, anemia, leucemia, dermatitis y eczemas. Su uso continuado produce muy buenos efectos en convalecencia después de graves enfermedades. También da buenos resultados en alergias de la piel, embarazo y en las molestias femeninas del bajo vientre.
El Kéfir previene putrefacciones intestinales y contribuye a la depuración del organismo. Se debe beber diariamente, no altera la digestión y es asimilado con rapidez por la sangre. Cuando se tienen afecciones crónicas, se debe beber gran cantidad de Kéfir de agua, por la mañana, al mediodía y por la noche, ½ litro cada vez.
Enfermedades de tipo nervioso, úlceras internas, catarros bronquiales, esclerosis, infarto cardíaco, problemas de vesícula, de hígado, riñones, ictericia, enfermedades del estómago e intestinos, diarreas, estreñimiento, intestino perezoso, anemia, leucemia, dermatitis y eczemas. Su uso continuado produce muy buenos efectos en convalecencia después de graves enfermedades. También da buenos resultados en alergias de la piel, embarazo y en las molestias femeninas del bajo vientre.
El Kéfir previene putrefacciones intestinales y contribuye a la depuración del organismo. Se debe beber diariamente, no altera la digestión y es asimilado con rapidez por la sangre. Cuando se tienen afecciones crónicas, se debe beber gran cantidad de Kéfir de agua, por la mañana, al mediodía y por la noche, ½ litro cada vez.
El Kéfir no es un
remedio universal. Cuando exista enfermedad, siempre se debe acudir al médico.
El Kéfir puede ayudar a la Medicina por su efecto desintoxicante en muchas
enfermedades.
El Kéfir de 24 horas
actúa como laxante y se debe tomar por la noche, con una duración de 2 a 4
semanas. En cambio, el de 48 horas, regula y restablece la función intestinal.
El Kéfir de agua tiene unas propiedades con efectos superiores al Kéfir de leche. Se puede tomar en mucha más cantidad (de 1 a 3 litros al día).
El Kéfir de agua tiene unas propiedades con efectos superiores al Kéfir de leche. Se puede tomar en mucha más cantidad (de 1 a 3 litros al día).
Antes
de elaborar el kéfir de agua
Recuerda que
no se deben utilizar elementos de metal para la elaboración del kéfir, ya que interfieren en las colonias de bacterias.
Utiliza siempre elementos e instrumentos de vidrio, plástico o madera. Para su
elaboración necesitarás:
·
Un tarro grande de vidrio de boca ancha
·
Un escurridor de plástico
·
Una cuchara de madera
·
Un litro de agua mineral
·
3 cucharadas soperas de azúcar de
caña integral
·
1 higo seco
·
½ limón
·
3 cucharadas grandes de nódulos de kéfir de agua
Cómo
elaborar el kéfir de agua
Para elaborarlo:
o
Llena el recipiente con un litro de
agua.
o
Introduce todos los ingredientes.
o
Agita para que se mezclen bien.
o
No cierres el recipiente herméticamente
(ya que en la fermentación se producirá gas) y asegúrate de que el recipiente
no contiene ningún elemento de metal en el cierre.
o
Déjalo reposar durante dos días mínimo y
tres máximo a temperatura ambiente (entre 15º y 30º).
Cómo consumir el kéfir de agua
Una vez
transcurrido el tiempo de fermentación, abre el recipiente. Para separar los
gránulos de la bebida, utiliza el escurridor de plástico. En la parte de arriba
del escurridor quedarán los nódulos (que podrás volver a utilizar) mientras que
la bebida caerá al recipiente que utilices debajo. Esta bebida puedes
conservarla dentro de ese recipiente uno o dos días dentro de la nevera para ir
tomándolo cuando te apetezca.
El
resultado de la fermentación es una bebida gaseosa muy adecuada para consumir
especialmente en verano.
Cuanto
más tiempo de fermentación lo dejes (tres días) más gas tendrá. Dependiendo de
las personas y su gusto personal, hay quienes lo prefieren más o menos
fermentado.
KÉFIR EN LECHE VEGETAL
El kéfir de leche vegetal es muy fácil de hacer. Probar
con leche de soja, almendras, avena, arroz, etc.
Menos cantidad de nódulos genera un
kéfir poco ácido y viscoso; más nódulos, más acidez y menos viscosidad. No
lleva otro ingrediente.
El cultivo se deja a temperatura ambiente (20º) unas
24-48 horas; a mas temperatura, menos tiempo de cultivo; más tiempo en caso de
baja temperatura. El frasco tapado (nunca hermético) dará como resultado un
kéfir más carbonatado (burbujeante); no olvidar dejar al menos ¼ del frasco
vacío para la actividad gaseosa. Una vez concluido el proceso, se cuela para
separar los granos y el cultivo debe conservarse en el frigorífico. Los nódulos
no deben lavarse muy seguido, apenas un enjuague con agua fría cada 15 días.
Mantenimiento de los nódulos
En principio no es necesario lavarlos.
El cuajo adherido sobre los nódulos actúa sobre estos, protegiéndolos del
exterior ante posibles microorganismos extraños. De este modo se favorece su
propio crecimiento y a la vez se va acelerando el proceso de fermentación.
Cambiamos la leche cada uno o dos días así que el kéfir está continuamente
renovándose. Si tenemos cuidado de que no coja polvo o le entren insectos etc.
no será necesario lavarlo con frecuencia. Cada
15 días conviene dejarlo en reposo en agua sin cloro, dentro de un
recipiente tapado durante 12 a 24 horas, después de lavarlo con agua fresca.
Cuando se filtre para devolverlo a la
leche se puede aprovechar el agua, ya que contiene el polisacárido soluble
(Kefiran) trasferido por el kéfir y responsable de muchas de sus virtudes
medicinales.
Hay quien los lava cada semana en verano
y cada 15 días en invierno. Algunas personas
los lavan a diario. Cada cual buscara la manera más apropiada. Lo
importante es que el kéfir esté sano y no se debilite y que la leche sea de la
mejor calidad que podamos conseguir. Es recomendable aclarar bien los nódulos
con agua a temperatura ambiente y sin cloro. Si no disponemos de agua de
manantial o mineral, se puede dejar reposar agua del grifo durante un par de días
en recipientes cubiertos con un paño, como jarras o botellas de cristal y mejor
si son de color azul. Hervir el agua 10 minutos hace que se evapore el cloro
más rápidamente.
Si algunos nódulos amarillean o
adquieren tonos rosáceos, extenderlos en una mesa o recipiente ancho, y
seleccionar los gránulos blancos, con los cuales podréis empezar un nuevo
cultivo sano de kéfir. Los nódulos amarillo, amarillo-rosado, marrón o que no
tengan una buena elasticidad se deben eliminar.
Es conveniente extremar la limpieza de
los utensilios utilizados. Es recomendable asignar ciertos utensilios
exclusivamente a la elaboración del kéfir. Con un poco de atención se puede
tener siempre kéfir, ya que el nódulo de kéfir cultivado en leche se reproduce
muy rápido. Cuando sobre una parte, una buena manera de completar el vínculo
simbiótico entre nosotros y el kéfir es regalarlo entre los familiares y amigos
o a quien le haga falta.
Conservación:
Si lo que queremos es guardar el Kéfir sin preparar la bebida, ponemos el Kéfir con agua (sin cloro) y azúcar durante cuatro o cinco días.
Si tenemos que guardarlo por más tiempo, también lo podemos congelar. Para congelarlo, lo ponemos en el congelador, limpio y sin agua, en una bolsa de plástico o un tarro de cristal.
Conservación:
Si lo que queremos es guardar el Kéfir sin preparar la bebida, ponemos el Kéfir con agua (sin cloro) y azúcar durante cuatro o cinco días.
Si tenemos que guardarlo por más tiempo, también lo podemos congelar. Para congelarlo, lo ponemos en el congelador, limpio y sin agua, en una bolsa de plástico o un tarro de cristal.
CÓMO HIDRATARLOS:
Los gránulos del kéfir de agua se pondrán en agua
a temperatura ambiente para que adquieran su consistencia gelatinosa.
Los gránulos del kéfir de leche es preferible
cubrirlos de leche y renovarla hasta que los gránulos adquieran su textura
gelatinosa y veamos que espesa la leche donde están sumergidos.