Conny Méndez “Déjame darte la fórmula metafísica para obtener cualquier cosa que uno desee. Es una fórmula para emplearla en todo. Compruébala por tí mismo, no me lo creas ciegamente.
“YO
DESEO (_______________ ) EN ARMONÍA CON TODO EL MUNDO Y DE ACUERDO
CON LA VOLUNTAD DIVINA. BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA. GRACIAS
PADRE QUE YA ME OÍSTE”.
Ahora
no dudes por un solo instante. Has empleado la fórmula mágica. Has
cumplido con toda la ley y no tardarás en ver tu deseo manifestado.
Ten paciencia. Mientras más tranquilo esperes, más pronto verás el
resultado.
La
impaciencia, la tensión y el ponerse a empujar mentalmente destruyen
el tratamiento (la fórmula es lo que en metafísica se llama “un
tratamiento”).
Para
que conozcas lo que has hecho al repetir la fórmula, te voy a
explicar el proceso detalladamente. Al tú decir “en armonía para
todo el mundo” has eliminado todo peligro de que tu conveniencia
perjudique a otro, como tampoco se te hace posible desear un mal para
otro. Al decir “de acuerdo con la voluntad divina” ; si lo que tú
deseas es menos que perfecto para tí, verás suceder algo mucho
mejor de lo que tú esperabas. En este caso significa que lo que
estabas deseando no lo ibas a encontrar suficiente, o no te iba a
resultar tan bueno como tú pensabas. La voluntad de Dios es
perfecta.
Al
tú decir “bajo la Gracia y de manera perfecta” , encierra un
secreto maravilloso. Pero déjame darte un ejemplo de lo que ocurre
cuando no se sabe pedir bajo la Gracia y perfección. Una señora
necesitaba urgentemente una suma de dinero, y la pidió asimismo:
para el día 15 del mes. Tenía absoluta fe de que la recibiría,
pero su egoísmo e indiferencia no le inspiró pedirla con alguna
consideración para nadie más. Al día siguiente un automóvil
atropelló a su hija, y el día 15 del mes recibió la suma exacta
que ella había pedido. Se la pagó la Compañía de Seguros por el
accidente de su hija. Ella trabajó contra la ley y contra ella
misma.
Pedir
“bajo la Gracia y de manera perfecta” es trabajar con la ley
espiritual. La Ley de Dios que se manifiesta siempre en el plano
espiritual. Allí (en el plano espiritual) todo es perfecto, sin
obstáculos, sin inconvenientes, sin tropiezos ni daños para alguno,
sin luchas ni esfuerzos, “suavecito, suavecito”, todo con gran
amor, y esa es nuestra Verdad. Esa es la Verdad que al ser conocida
nos hace libres.
“Gracias
Padre que ya me oíste” es la expresión más alta de fe que
podamos abrigar. Jesús la enseñó y la aplicaba en todo, desde
antes de partir el pan con que alimentó a cinco mil, hasta para
decir cómo transformar el vino en su sangre. Dando gracias al Padre
antes de ver la manifestación.”
Metafísica
4 en 1, vol.1
Conny Mendez
Conny Mendez
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