lunes, 9 de enero de 2017

EL CUERPO INTERIOR

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Tenemos que entrar en el cuerpo para ir más allá de él y descubrir que no somos eso.

Igualar al cuerpo físico percibido por los sentidos que está destinado a envejecer, marchitarse y morir, con el ¨Yo¨, siempre lleva al sufrimiento, tarde o temprano.
Evitar identificarse con el cuerpo no significa que usted lo descuide, lo desprecie o no se ocupe de él. Si es fuerte, hermoso, o vigoroso, usted puede disfrutar y apreciar esos atributos, mientras duran. También puede mejorar el estado del cuerpo por medio de nutrición y ejercicio adecuados. Si no identifica al cuerpo con quien es usted, cuando la belleza se desvanezca, el vigor disminuya o el cuerpo quede inválido, esto no afectará su sentido de su valor o identidad de ninguna manera. De hecho, a medida que el cuerpo empieza a debilitarse, la dimensión sin forma, la luz de la conciencia, puede brillar más fácilmente a través de la forma que se va desvaneciendo. 
El ego surge cuando su sentido de Ser, el ¨Yo soy¨, que es conciencia sin forma, se mezcla con la forma. Ese es el significado de la identificación. Ese es el olvido del Ser, el error primordial.

Aunque la identificación con el cuerpo es una de las formas básicas del ego, la buena noticia es que es también la que usted puede superar más fácilmente. Esto se hace no tratando de convencerse de que usted no es su cuerpo, sino cambiando su atención de la forma externa de su cuerpo y de los pensamientos sobre su cuerpo –bello, feo, fuerte, débil, demasiado gordo, demasiado delgado- a la sensación de vitalidad dentro de él. No importa cuál sea la apariencia de su cuerpo en el exterior, más allá de la forma externa es un campo de energía intensamente vivo.

Respire dos o tres veces conscientemente. Ahora mire a ver si puede detectar una sensación sutil de vitalidad que invade todo su cuerpo interior. ¿Puede sentir su cuerpo desde adentro, por así decir? Sienta brevemente partes específicas de su cuerpo. Sienta sus manos, después sus brazos, sus pies y sus piernas. ¿Puede sentir el abdomen, el cuello, el pecho y la cabeza? ¿Y sus labios? ¿Hay vida en ellos? Después hágase consciente de nuevo del cuerpo interior como un todo. Puede que quiera cerrar los ojos inicialmente para realizar esta práctica y una vez que pueda sentir su cuerpo, abra los ojos, mire a su alrededor y continúe sintiéndolo al mismo tiempo. Puede que descubra que no necesita cerrar los ojos, que puede, realmente, sentir su cuerpo interior mientras lee esto.

Su cuerpo interior no es sólido sino espacioso. No es su forma física sino la vida que anima la forma física. Es la inteligencia que lo creó y sostiene el cuerpo, coordinando simultáneamente cientos de funciones diferentes de una complejidad tan extraordinaria que la mente humana solo puede entender una minúscula fracción. Cuando usted se hace consciente de ello, lo que está ocurriendo realmente es que la inteligencia se está haciendo consciente de sí misma. Es la elusiva ¨vida¨ que ningún científico ha podido encontrar porque la conciencia que la está buscando es ella.

Eckhart Tolle – En unidad con la vida.


Ejercicio - el espacio interior (Eckhart Tolle)

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